En esta escultura cualquier estructura biológica del cuerpo es viable, y cada momento puede crear una nueva forma. Así, cada una de estas partes en crecimiento y en descomposición se renuevan en vida y muerte respectivamente.
El autor construye esta obra por adición más que por sustracción, haciendo nichos o rectángulos vacíos en granito gris, para llenarlos de irregulares piezas laminadas de la misma materialidad -aunque en diferentes tonalidades- a modo de estalactitas, las que se sostienen desde las paredes superiores, conformando entre ellas espacios dramáticos de luz.
Los caballos me llevaron por la huella de Los Andes. Las montañas son, no solamente generadoras de agua, sino generadoras de vida y cultura. Para andar por Los Andes he criado mis caballos que son lo que representó en estas esculturas, El Buen Amigo y La Loica.
Con cada respiro el mundo y nosotros nos renovamos. Este mundo está cambiando a cada momento, pero somos inconscientes de esta transformación, porque la apariencia del universo permanece intacta.
En la escultura, el autor busca el equilibrio entre las superficies interior y exterior, al límite entre ambas; dándole tanta importancia al sólido como al vacío.
La obra se compone de tres piezas talladas. Cada una de las piezas necesita a la otra para sostener la construcción escultórica, y así con estas unidades que funcionan en armonía, se refleja la confianza.
La escultura proyecta el mensaje de lo importante que es la comunicación entre distintas personas, unidas en apoyar los valores más importantes: el respeto y el amor. Los elementos de esta escultura interactúan creando un juego de equilibrio, apoyados en una columna vertebral común que los conecta. El diálogo es siempre necesario y el arte es el lenguaje universal.
Pirca es una sobreposición de piedras para construir un muro, o un hito, para marcar hechos después de los cuales la vida no es la misma. En la escultura el autor usó piedras en cuya superficie la naturaleza había trabajado en calma y paz durante millones de años, dejando en ellas el color de la tierra y conectándolas de la forma más natural posible con herramientas tradicionales: cinco viejos cinceles y un martillo. Porque “¡sólo integrándonos a la naturaleza, escuchando su canto, su color y su palabra, los hombres viviremos en paz! “
La autora obtiene su inspiración de la naturaleza, y la convierte en una obra de forma y temática modernas, atraída a nuevas ideas y enfoques que se propagan por todo el mundo artístico. Hoy el arte es realmente un mundo único. La herencia artística de todas las edades y naciones es parte de todos nosotros.
Una composición abstracta sobre algunos elementos simples, que habla de una teoría simbólica sobre el sesgo de la confianza: la que sentimos por una persona que vemos por primera vez está basada -en gran medida- por nuestra experiencia previa. Sobre la base de similitudes visuales, atribuimos a un extraño características de personas que ya conocemos, lo que puede engañar y hacer desconfiar injustificadamente.
Un puente es lugar de tránsito y la unión de dos lugares, pero también es una ventana a lo desconocido. Puente es un lugar de encuentro entre personas que se conectan. Se debe transitar para llegar al puente y en ese devenir nos encontramos con el otro y nos conectamos. Es una ventana que nos muestra como iguales frente a frente.
Esta escultura representa el botón de una flor que empieza a abrirse. Un momento poético, pleno de paz, que nos lleva a rendirnos ante la belleza simple, potente y universal.
En esta escultura dos formas cilíndricas idénticas encajan una en la otra. Se respetan. Se acercan y se domestican. Se encuentran en un acuerdo perfecto
El diseño de esta escultura permite visualizar la transformación del espacio en un complejo laberinto de capas, jugando con patrones de estructura, movimiento y luz.
